photography by Belinda Mason

SPANISH

‘El 27 de enero de 2009, cuando tenía 44 años, después de dejar a mis tres hijos en la escuela llegué a casa y encontré a mi ex marido esperándome dentro de la casa. Me atacó con un machete con el fin de matarme. Pasaron cinco horas hasta que llegó mi segundo hijo de 11 años de la escuela y él me encontró ahí. Pidió la ayuda de nuestros vecinos que llamaron al hospital.

Cuando llegué al hospital sentí mucho dolor y los médicos me dijeron que tenían que amputarme la pierna y el brazo porque estaban destrozados. Pensé que iba a morir. Encontré consuelo en el hecho de que sólo era mi pierna y el brazo que estaban heridos.

Yo pasé tres meses en el hospital, pero también tuve chequeos con los doctores después.

Cuando me sané por completo, quería ir de nuevo a donde crecí. Descubrí que mi madre había muerto. Mi padre estaba allí todavía pero él no estuvo con nosotros cuando yo era niña, así que no era lo mismo. Mi madre era italiana y una mujer muy altruista. Ella me enseñó a valorar mi vida y siempre lo hago. A veces quería morir. Algunos días me sentía bien. Cuando por fin me fui a ver un psicólogo, me dijo que yo estaría bien.

Yo no realicé ninguna denuncia a la policía. Mi hermano realizó un informe pero al momento que yo salí del hospital todos los reportes estaban perdidos por la policía y no había nada que pudiéramos hacer.

No estoy segura de lo que pasó con el hombre que me hizo esto pero yo pienso que murió. Sin embargo no hubo justicia para mí. Lo peor de todo es que estaba en mi propia casa. Sólo quería estar sola. Todo lo que tenía se fue y no tenía nada. Yo estaba durmiendo en la misma cama con mis hijos. Me cambié de casa a un lugar diferente de donde sucedió el ataque. Aún me siento con mucho dolor y también hay bastante dolor emocional.

Fue muy duro para mi hijo que me encontró y para mí, hablar sobre lo que sucedió, pero nos tocó seguir adelante. Todavía puedo ver la tristeza en las caras de mis hijos, de lo que vieron que le sucedió a su madre.

Mi vida ha mejorado mucho. Mis hijos son todo para mí.

Había un montón de rechazo por parte de mi familia y es por eso es que decidí salir. Mi familia me trató mal como resultado de mi discapacidad. Así que vine a Esmeraldas con el fin de encontrar a una nueva vida. Una organización de apoyo a personas con discapacidad, CBM, me ayudó a conseguir el apoyo que necesitaba. El gobierno de Quito estaba dando prótesis a personas amputadas, recibí una y aprendí a caminar. Ahora puedo ir a cualquier parte con mi pierna ortopédica, ya que no necesito una silla de ruedas.

Al principio fue muy duro, que sólo tenía $ 50 al mes por parte del gobierno. Fue muy duro encontrar una manera de sobrevivir y cuidar a mis hijos.

Ahora soy promotora RBC y ayudo a motivar. Trabajo con personas con discapacidad, yendo a sus casas y les ayudo. Trabajo con personas que son ciegas y les ayudo a dejar su casa y salir a la comunidad. El trabajo es realmente bueno.

En el futuro me gustaría viajar a otros países y aprender más acerca de la discapacidad y luego volver a casa y enseñar a la gente lo que aprendí y las nuevas técnicas. También quiero una casa grande para cuidar a otras personas con discapacidades, ya que muchas personas con discapacidad son rechazadas de sus hogares y enviados lejos de sus familias

Trabajo con los miembros de la familia que no tienen una discapacidad acerca de la discapacidad, principalmente a, través de la educación y acompañamiento. Además el anterior vicepresidente de nuestro país puso en práctica las políticas que ayudaron a las personas con discapacidades a educarse, ir a la universidad y encontrar empleo.

Me encuentro en el proceso de obtener mi licencia en consejería social. Mi reto es trabajar con las universidades y enseñar que las personas con discapacidades deben ser reconocidas primero como personas y no como “discapacitados”. Están empezando a reconocernos como personas y no sólo discapacitados.

Si te cortan el brazo y la pierna, todavía tienes vida. Es sólo cuando te cortan la cabeza que te pierdes todo.’

– Irlanda Ayoví, Ecuador 2015

ENGLISH

On January 27th 2009, when I was 44 years old, I came home after taking my three children to school and found my ex- husband waiting for me inside. He attacked me with a machete trying to kill me. It was five hours before my middle son, who is 11 years old, came home from school and found me. He called for help from our neighbours who called the hospital. .

When I got to the hospital I was in a lot of pain and the doctors told me that they had to amputate the leg and arm because they were destroyed. I thought I was going to die. I found solace in the fact that it was only my leg and arm that were hurt.

I was in hospital for three months, but I also had checkups with the doctors afterwards.

When I was fully healed I wanted to go back to where I grew up. I discovered that my mother had died. My dad was still there but he wasn’t with us when I was growing up so it wasn’t the same. My mother was Italian, and a very giving woman. She taught me to value my life and I always do. Sometimes I wanted to die. Some days I was ok. When I finally did go to a psychologist, he said that I was going to be ok.

I didn’t give any report to the police. My brother, filed a report, but by the time I got out of hospital, all the reports had been lost by the police and nothing could be done.

I am not sure what happened to the man who did this to me but I think he died. Howev there was no justice for me. The worst thing is that I was in my own house. I just wanted to be alone. Every I had was gone, I had nothing. I was sleeping in the same bed with my children. I went to a different home to where the attack happened. I still feel a lot of pain and there is also a lot of emotional pain.

It was really hard for me and my son who found me to talk about what happened, but we had to move on. I can still see the sadness in my children faces due to what they saw happened to their mother.

 My life has improved a lot. My children are everything to me.

There was a lot of rejection from my family and that is why I decided to leave. My family treated me badly because of my disability. So I came to Esmeraldas in order to find a new life. A disability organisation, CBM, helped me to get the support I needed. The government in Quito was giving amputees prosthetics, so I received one and learned to walk. Now I can go anywhere with my prosthetic leg, as I no longer need a wheelchair.

At first it was really hard, I only had $50 a month from the government. It was really hard finding a way to live and take care of my children.

I am now a motivational speaker. I work with people with disability, I go to their houses and help them. I work with people who are blind and help them to leave their house and go out into the community. This job is really good.

In the future I would like to travel to other countries and learn more about disability and then come back home and teach people what I learnt and new techniques. I also want a big house to take care of other people with disability, because a lot of people with disability are rejected from their homes and sent away from their families.

I teach family members who don’t have a disability to learn about disability, mainly through education and teaching. Also the vice president of our country put in place policies which helped people with disabilities to be educated and to be able to go to university and to find employment.

I am getting my bachelors degree in social counselling. My goal is to work at universities in order to teach that people with disabilities must be recognised first as people and not as handicapped. They are starting to recognise us as people and not just someone with a disability.

If someone cuts off your arm and leg you still have life. It is only when they cut off your head that you loose everything.’

– Irlanda Ayoví, Ecuador 2015

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